1/9/09
por la (de)liberación
Felipe Solá dice estar en contra del proyecto de ley de medios audio-visuales, pero confiesa que nunca lo leyó. De Narváez también se opone, y es dueño de un multimedio. Reuteman dice que estamos imitando a Chávez. Carrió dice que no siente pudor al defender a los grupos económicos de poder, que se perjudicarían de prosperar este proyecto. Macri teme por la libertad de expresión, mientras reprime manifestaciones públicas en las calles de Buenos Aires. Hasta la mismísima mesa de enlace, hipersensibilizada por la pobreza, se preocupa ahora por la libertad de prensa.
Del otro lado, están quienes defienden el proyecto que embandera, según ellos, valores tales como la dignidad, la democracia, la libertad y la lucha contra el monopolio.
Así, la sociedad sigue discutiendo en medio de un diálogo de sordos (y que me perdonan los hipoacúsicos por el recurso fácil).
Así se reedita la misma lucha ideológica cuando la resolución 125 del poder ejecutivo se transformaba en la nueva partera de la historia.
Pero en verdad nada de esto es importante. O al menos lo más importante. No está puesto en el centro del debate un proyecto o una ley, sino una forma de entender la democracia. Se están poniendo frente a frente dos miradas distintas sobre la sociedad.
Se defiende la "representación" de la sociedad, sólo a través de sus políticos y sus medios masivos de comunicación. O se defiende que la sociedad pueda deliberar sus ideas, sus necesidades, sus problemas, sus miradas.
Lo que quisiera aquí remarcar, es que unos están defendiendo una ley de la dictadura que encorseta la libertad de expresión y concentra en unas pocas manos el manejo de la “opinión a publicar”. Mientras que los otros, supongo, estarán proponiendo otra manera de comunicarnos en esta sociedad.
Lo que no quieren unos, es que en esta sociedad se DELIBERE. Porque el pueblo, “no gobierna ni delibera, sino sólo a través de sus representantes” pueden llegar a citar de memoria en un esfuerzo desmedido.
Y lo sepan o no, los grandes multimedios se han convertido en “representantes virtuales” de esta sociedad. Son representantes de facto. Ellos solos se eligieron. Es obvio que no representan a nadie más que a sus propios intereses. Pero es curioso como embanderan los valores republicanos, de manera engañosa claro, cuando un gobierno, cualquiera, intenta redistribuir algo por estos lares. La palabra, en este caso.
Hoy sólo estamos frente a un monólogo de gente que ostenta mucho poder desde algunos medios. No sólo es Clarín, sino que son muchos más los “monopolios”. Nadie pregunta, por ejemplo, a quienes pertenecen los distintos medios de comunicación en las provincias del interior de nuestro País. Clarín es la punta de un iceberg mucho más grande de lo que sospechamos. Aunque está bueno que Clarín se haya puesto, finalmente, nervioso.
La trascendencia de una nueva ley de medios en este país, debe ubicarse en el plano de una profunda y robusta discusión sobre la necesidad de que el pueblo sea capaz de deliberar. De construir su propia “opinión pública”; y no que se la editorialice desde tal o cual diario, o programa político o noticiero central de canal alguno.
Porque si no luchamos por nuestro derecho humano a deliberar (una reforma constitucional a la derecha por favor!!), no nos sorprendamos una mañana, con que alguien más votará por nosotros. Con que alguien más educará a nuestros hijos por nosotros. Con que alguien más pensará por nosotros.
Porque pensar es hablar. Deliberar es hacer. Y nadie puede vivir nuestra vida, por nosotros.
Eso es totalitarismo y no, como quieren hacernos creer los unos, la redistribución de la palabra para que todos podamos opinar, escuchar, reflexionar y deliberar. Jamás podría ser totalitaria la idea de posibilitar la construcción, y deconstrucción, social de nuestra forma de comunicarnos.
Finalmente esta discusión pone en tensión el charco entre este sistema "representativo", que cada vez representa menos las necesidades más básicas y urgentes de los más vulnerables, y un modelo "deliberativo" que da voz, lugar y tiempo a quienes, los unos, intentan desaparecer, de a poco y sistemáticamente.
/gn/
(Gracias Maestro R. por tantas trompadas a mis ideas)
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2 comentarios:
Es cierto lo que decis, tambien es cierto que, para mi la base del iceberg, logro con un último decreto del anterior presidente, la fusión de los cables (Multi y Cablevision), Pobre no se dio cuenta que lo dejaba como monopolio multimedial. La culpa la tiene Alberto.
Tambien creo, que los argentinos tenemos un problema de credibilidad, cuando hay algo bueno, miramos a los costados atras, paranoicos, para ver de donde viene la cachetada.
Por eso, aunque este a favor de la ley, destaco que solo sale a tratarse y ser promulgada antes del mes 12, solo por una "rabieta", -venganza suena feo che-
No todo se puede justificar, solo porque creemos que el fin es bueno.
PD: La parrilla ya tiene telarañas.
Abrazo
Mc
Hola.
Estoy plenamente de acuerdo con MC pero solo en su PD.:"la parrilla ya tiene telarañas".
Sobre el resto , creo que en este caso el fin justifica los medios.
¿Para que esperar despues del 12? .Para que se siente Macri o de Narvaez a elegir nuestro futuro .Todos sabemos a que sectores representan .
Creo que es completamente legal y etico debatirla y aprobarla en este momento ¿o no es el gobierno que elegimos democraticamente? .Ademas es seguro que si se dilata despues del 12. Deciden los que quieren que continue la ley vigente y no hay grises.Por eso el fin justifica los medios .
No ,nos hagamos los puros politicamente como Pino Solanas .Lo unico que logra es ser cada día mas funcional al pro y a la ucr.
AD.
Un abrazo.
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