29/9/09

hipocrecía

Porqué tanta intolerancia hacia nuevas voces que opinan?
Porqué mi operador de cable no me permite ver más Telesur?
Porqué tanto enojo desatado si sólo se trata de sumar y no de restar?
Porqué la actitud caprichosa de no querer discutir racionalmente?
me sigo preguntando cuáles son los intereses que se defienden... y porqué nadie se hace cargo de ello.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se nos hace difícil en estos días reflexionar en medio de una estridencia orquestada en que todo pareciera conducirnos a tomar partido, a confrontar con otros, a perder las miradas profundas en beneficio de los temas particulares, a juzgar al prójimo sin contemplaciones, mientras olvidamos historias comunes, conocimientos heredados, respeto que nos debemos, consideración por los errores, tolerancias necesarias para toda convivencia. Hay como una aceleración de los pulsos, como una manipulada sensación de creciente fragmentación de la protesta y de la disconformidad. Todos contra todos, y con argumentos banales, con miradas empobrecidas, con resentimientos largamente fermentados y que son eructados en medio del cansancio de una fiesta que se convierte en pesadilla y en resaca.

Ya no sé si la patria se juega en la aprobación o en la no aprobación de la ley de medios, tampoco lo supe cuando nos enfrentábamos por la resolución 125. Siento que el monopolio de las comunicaciones viene de antiguo, que todos abonaron esas monstruosidades propias de una democracia de baja intensidad que las toleraba y que no tenía mayores problemas en aprovecharlas. Ahora siento, como en otras oportunidades, que el Boca River en torno a propuestas parciales, conlleva nuevas trampas, y que de nuevo se nos mete en un brete que no elegimos y que resulta secundario y posiblemente engañoso, si acaso pretendemos que conduzca a situaciones que anhelamos. Porque en medio de la vocinglería y de los simulacros tan solo nos llena de cansancio. No soporto las consignas de Radio Mitre ni la de tantos otros propagandistas de la libertad de expresión, que nos llenan el espacio y la cabeza de opiniones y consignas, pero tampoco los soportaba antes, cuando los romances y las alianzas cambiantes de los hombres del poder, los tenían por amigos y por aliados, y no era tan malo escuchar lo que decían, tal como pareciera que resulta serlo ahora(....)como si no fuésemos un país sino una suma de fragmentos en la mesa de saldos del tendero, donde cada uno tironea su ocasional pedazo, mientras continua vomitando sus rencores hacia ese Buenos Aires deseado que representa el premio de la perinola y que cada político provinciano tiene clavado en la escala de sus objetivos más recónditos. Estoy cansado de tanta izquierda idiota que me fragmenta la mirada y me entretiene, estoy harto de esa derecha estéril que tiene por única propuesta su bolsillo, y por discurso un odio viejo que repite tiempos tristes y escenas que nos avergüenzan. Izquierdas y derechas son funcionales en este repugnante juego del simulacro colonial, se necesitan, necesitan confrontar en lo accesorio para que sigamos extraviando las miradas y la autoestima en el circo romano en que dirimen sus mezquinos negocios del poder. Necesito respirar de nuevo aires limpios, necesito volver a escuchar hablar de Patria, necesito saber que puedo confiar en mis amigos, aunque no pensemos de la misma manera…
http://horizontesurblog.blogspot.com/2009/09/editorial-del-domingo-27-de-septiembre.html

Gracias Jorge Rulli


Mc

awka dijo...

No pido estridencias... no les doy importancia.
No pido "neutralidad", creo en que todo es ideológico en la política.
No me empantano en un "river-boca", pido claridad y honestidad intelectual.
No pido juicios morales, quiero discutir en serio.
Porque de eso se trata la política, de discutir la "cosa pública", de discutir qué sociedad queremos... lo demás, me parece puro chamuyo, incluida la palabra Patria.
No hay que temer discutir sobre política, ahí vive todavía la dictadura.
Creo, sin fanatismos, en que esta ley trasciende el gobierno actual y el que viene. Pero no trasciende los intereses que están en juego y que representan mucho dinero e influencias de poder.
No se puede despolitizar este debate. Si lo hacemos, seremos ingenuos o cómplices del negociado ajeno, lo cual trasciende la ingenuidad para convertirse en estupidez.