Y lo dijo con total impunidad ante la mirada de poker de cuanto periodista se le sentara en frente. Nadie siquiera amagó a insinuar lo disparatado y temerario de lo que se decía.
Obviamente nada de eso pasó. Perdió el oficialismo y su principal candidato reconoció la derrota en un tono respetuoso y sereno. No anunció ninguna catástrofe porque no se ganó. Y punto.
Ahora, qué se votó este domingo?. Qué discurso ganó?. Porque en esta campaña no se midieron hechos. Quién se tomó el trabajo de comparar las gestiones de los principales candidatos? La del actual gobierno nacional con la de Macri. Nadie comparó políticas públicas. Nadie explicó las inasistencias de Michetti y de De Narváez a sus respectivos puestos para los que ya habían sido elegidos.
Entonces hay que escuchar los discursos.
Por un lado se escucha la reivindicación del rol del Estado. Se habla del rol que debe ocupar el Estado en la vida pública del País. Se habla del Estado como Actor.
Del otro lado se escucharon pocas cosas. Entre las pocas cosas se escuchó decir que habría que volver a privatizarlo todo. Que Aerolíneas debió haberse dado por perdida. Que las jubilaciones debían seguir en las invisibles manos del invisible mundo financiero, hoy en bancarrota. Se habló de un Estado espectador.
Esto a grandes rasgos. Sé que no estoy diciéndolo todo. Pero creo que fue lo más importante de todo lo poco que se dijo. Nada más, pero nada menos.
Eso sí, se vieron candidatos opositores muy simpáticos, muy graciosos, jugando con sus imitadores mediáticos, hasta yendo a votar con sus imitadores mediáticos, y diciendo frases sacadas de sobrecitos de azúcar de bar, y visitando cuanto programa de tele se pudiera, en especial en el canal América, y siempre bien empilchados destacando su condición de gente común, de gente con sentido común.
Eso se votó este domingo?. Con tan poco se puede ganar una elección? Para eso se gastaron tantos millones de pesos?
Se repite insistentemente que hay un plan, pero que nunca se explica. Será porque el plan no puede explicarse?. Como cuando Menem confesó en el año 90 que no podía anunciar su plan antes de las elecciones del 89, porque si no nadie lo hubiese votado, se acuerdan?. O acaso no hay plan?.
Y no estoy con esto subestimando el voto popular, eso lo hace Carrió. Soy respetuoso del voto popular. Lo que me interesa aquí es disparar algunas preguntas para que reflexionemos y pensemos en nuevas preguntas. Porque en las preguntas vive nuestra inquietud por seguir pensando.
Por otra parte, podemos deducir que ganó el menemismo?, y todo con tal de que este gobierno se termine?. Todo con tal de que se dejen de joder con los derechos humanos? Que se dejen de joder con el castigo a los genocidas? Que se dejen de joder con tanto Estado?. Que se dejen de joder con Chávez y Evo Morales?. No quiero ser superficial, pero cómo podemos interpretar este voto?. También habrá que pensar en los errores del Gobierno, por supuesto. Pero lo que hoy me interesa decir es que debemos hacernos cargo de lo que votamos, y de lo que votamos cuando no votamos.
Quién votó a Menem en el 95? Se acuerdan de que nadie lo votó? Y sin embargo ganó. Y volvió a ganar en primera vuelta en el 2003, sin que nadie lo votara...
Este domingo ganó de nuevo. No él claro, pero sí lo que representaba.
Allí estaban el domingo por la noche, en el escenario, tres de sus hijos pródigos.
Macri, su invento político farandulesco, De Narváez su financista de campaña y Solá su chacarero preferido. Los tres juntos, celebrando, significaban la vuelta del menemismo. Esta vez nadie podrá decir que no sabía lo que votaba.
Digo esto, y hasta por ahí me enojo… pero debo ser sincero y preguntarme: a quién le importa?.
gn
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