7/7/09

Justicia y memoria (el viento me trajo "la memoria" de León Gieco)

Finalmente la Justicia se vistió para la ocasión.
Dejó de mirar para otro lado, dejó de mirar para empezar a ver.
Por fin podré explicarle a mi hijo porqué no todo es lo mismo.
Por fin la Justicia reconoció en la Memoria aquel llamado que
“despierta para herir a los pueblos dormidos que no la dejan vivir, libre como el viento”.
Así, el asesino no pretenderá confundirse con las víctimas. Así el asesino dejará de llamarse “un preso político”.
El asesino no podrá tener más inmunidades y será juzgado, bajo las reglas que él le negó a sus víctimas. A nuestros desaparecidos que hoy tienen nombre y apellido gracias a que sus familiares y compañeros continuaron su lucha para no olvidar, para que la impunidad no siga ganándole a la memoria que
“pincha hasta sangrar a los pueblos que la amarran y no la dejan andar, libre como el viento”.
¿Qué dirán ahora quienes, defendiendo una legalidad miope y funcional a los verdugos, desconocían la legislación internacional que según nuestra constitución es superior a las leyes ordinarias?.
¿Qué dirán?, ¿que no estudiaron la lección?, ¿qué desconocían la letra de los tratados internacionales de derechos humanos?, ¿que no sabían que nuestras leyes se deslegitiman cuando contrarían una norma internacional reconocida por nuestra constitución?. ¿O se harán los distraídos?.
Total… es todo tan vertiginoso, tan efímero que todo se olvida…
¿Quién se acuerda de quiénes votaron las leyes privatizadoras y confiscatorias de los fondos jubilatorios en los noventa?, ¿quién se sorprendería en saber que muchos de los actuales candidatos para el 28 próximo votaron todas esas leyes?. Podrán hacerse los distraídos, pero no podrán condenar al olvido la memoria, esa que
“estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y que no la dejan ser, libres como el viento”.
La república se construye desde La Política que se justifica sólo desde la búsqueda porfiada y testadura del bien común, de la igualdad, de la defensa de la dignidad humana, de la justicia, de la libertad.
Quienes hacen la otra política, la del gran cuñado, la del terrorismo mediático que anuncia catástrofes del peor cine de ciencia ficción, la de consignas golpistas, la que miente para comprar un voto, la que discrimina, la que es cómplice de los responsables de la peor crisis social de nuestra historia, y la que quiere volver a robarle la jubilación a nuestros viejos para que los amigos hagan buenos negocios, la que quiere que no tengamos más una aerolínea para todos, la que dice que el estado sólo debe brindar educación, salud y seguridad cuando desde su gestión política en el distrito de la gran ciudad, son los sectores donde menos se invirtió…
Esa política no funda una república, la funde, la convierte en una aristocracia de los que más tienen y más quieren. En una oligarquía corrupta y obscena.
Hoy, ¿qué dirán los republiqueteros escandalizados porque la justicia es algo más que la letra de una ley obsoleta?. Una ley ya modificada implícitamente por el ordenamiento internacional de los derechos humanos. Y todo esto ya se dijo cuando se evitó la inmunidad parlamentaria del mayor asesino de Tucumán, y cuando se le dijo que no a este mismo asesino que ahora pretendía nuevamente obtener su inmunidad para demorar su juicio por un tiempo más. Lo que no entiende este señor, es que tarde o temprano vence la memoria, esa que
“apunta hasta matar a los pueblos que la callan y no la dejan volar, libre como el viento”.

Hoy la justicia empezó a ver… para dejar de tan solo mirar.
Que los asesinos y sus cómplices, paguen por sus crímenes impunes. La democracia es mucho menos esa que dicen que debe permitir que un asesino sea candidato para un cargo legislativo, que la que tiene en la justicia su bandera y su horizonte. Esa que vive, que anda, que es y que vuela, libre como el viento… como la memoria.
gn

No hay comentarios: