Al final el gobierno convocó al diálogo. Y la oposición rechazó el llamado. Ese diálogo que demandaban hasta hace unos días.
No voy a describir aquí los argumentos porque, en verdad, dan vergüenza ajena. Pero así y todo el gobierno accedió a las demandas infantiles de nuestros flamantes representantes y el diálogo… intentará realizarse.
Este hecho debe servirnos para discutir sobre la cuestión de la representatividad de nuestra clase dirigente.
¿Quién puede en verdad sentirse representado por un político que no quiere compartir una mesa de diálogo, con el Gobierno, junto a otros representantes del pueblo?.
¿Quién puede con sensatez sentirse representado, por un actual diputado electo que cuando ya le tocó ser diputado nunca fue a las sesiones del congreso y nunca presentó un proyecto?.
¿Quién puede razonablemente sentirse representado por un político que va a votar acompañado de un imitador con el que comparte un show televisivo que satura lo bizarro y lo grotesco?.
¿Quién puede honestamente sentirse representado por una dirigencia política servil a los intereses de los grandes oligopolios mediáticos de nuestro país?. Y que se niega a discutir una nueva ley de medios audio visuales que derogue la vergonzante ley de la dictadura que ha permitido el actual monopolio de la palabra en pocas voces.
Claro, eso no importa. Como tampoco se mide con la misma rigurosidad periodística y moral los hechos y las particularidades según se trate del gobierno o de la oposición.
Importa que todo siga igual sin que se note.
El martes por la noche vi en el programa de Jorge Lanata la expresión más berreta del cinismo que puede explicarnos nuestro fracaso político como sociedad. Lanata, preocupado y angustiado por el patrimonio de la presidenta, no le interesa saber cómo fue que creció tanto y tan rápido el patrimonio de quien entrevistó en ese programa, "el tipo común" Francisco de Narváez. Sí le importa saber si se preparó para su performance en el programa de Tinelli. Si le preocupa saber qué piensa De Narváez del ninguneo de K hacia su imitador en el programa de Tinelli. Y nada más. Eso sí, de Narváez está muy preocupado por la gripe A y dijo que el gobierno es responsable de no haber tomado las medidas de prevención adecuadas. El cinismo no tiene techo. Porque De Narváez estaba tan interesado como el gobierno en que estas elecciones se llevaran a cabo sin importar la gripe. Ningún candidato de la oposición se opuso a la realización de las elecciones en este contexto de pandemia. Ahora si, con el diario del domingo están todos conmovidos por los muertos que se cobraron la gripe y la ausencia de políticas públicas de salud.
Eso sí, que no se hable por favor del proyecto de ley sobre medios audio visuales que termine con el negocio espectacular de los mismos vivos de siempre. Para que los demás, sigamos siendo los mismos giles de siempre.
Le dijo De Narváez a Lanata que perdió "el modelo". ¿Y qué modelo ganó entonces?. ¿El mismo que inventó la pobreza estructural en este país, llevando al 60% del pueblo bajo la línea de pobreza, allá por los 90?. ¿El modelo que él reivindica y que ahora nos viene a proponer como “su plan”?.
Ese modelo, necesita del actual monopolio de los medios para asegurar su legitimidad y hegemonía. Son generosos para compartir entre amigos sus negocios... no podemos negarlo.
¿Aristóteles estaba equivocado?. ¿Es esto finalmente la política?. ¿Dónde queda el Bien Común?. ¿Quién representa la voluntad popular?. ¿Qué es la voluntad popular para nuestros representantes?.
Mientras tanto el show debe continuar, y que la democracia agonice en terapia intensiva.
/gn/
Este hecho debe servirnos para discutir sobre la cuestión de la representatividad de nuestra clase dirigente.
¿Quién puede en verdad sentirse representado por un político que no quiere compartir una mesa de diálogo, con el Gobierno, junto a otros representantes del pueblo?.
¿Quién puede con sensatez sentirse representado, por un actual diputado electo que cuando ya le tocó ser diputado nunca fue a las sesiones del congreso y nunca presentó un proyecto?.
¿Quién puede razonablemente sentirse representado por un político que va a votar acompañado de un imitador con el que comparte un show televisivo que satura lo bizarro y lo grotesco?.
¿Quién puede honestamente sentirse representado por una dirigencia política servil a los intereses de los grandes oligopolios mediáticos de nuestro país?. Y que se niega a discutir una nueva ley de medios audio visuales que derogue la vergonzante ley de la dictadura que ha permitido el actual monopolio de la palabra en pocas voces.
Claro, eso no importa. Como tampoco se mide con la misma rigurosidad periodística y moral los hechos y las particularidades según se trate del gobierno o de la oposición.
Importa que todo siga igual sin que se note.
El martes por la noche vi en el programa de Jorge Lanata la expresión más berreta del cinismo que puede explicarnos nuestro fracaso político como sociedad. Lanata, preocupado y angustiado por el patrimonio de la presidenta, no le interesa saber cómo fue que creció tanto y tan rápido el patrimonio de quien entrevistó en ese programa, "el tipo común" Francisco de Narváez. Sí le importa saber si se preparó para su performance en el programa de Tinelli. Si le preocupa saber qué piensa De Narváez del ninguneo de K hacia su imitador en el programa de Tinelli. Y nada más. Eso sí, de Narváez está muy preocupado por la gripe A y dijo que el gobierno es responsable de no haber tomado las medidas de prevención adecuadas. El cinismo no tiene techo. Porque De Narváez estaba tan interesado como el gobierno en que estas elecciones se llevaran a cabo sin importar la gripe. Ningún candidato de la oposición se opuso a la realización de las elecciones en este contexto de pandemia. Ahora si, con el diario del domingo están todos conmovidos por los muertos que se cobraron la gripe y la ausencia de políticas públicas de salud.
Eso sí, que no se hable por favor del proyecto de ley sobre medios audio visuales que termine con el negocio espectacular de los mismos vivos de siempre. Para que los demás, sigamos siendo los mismos giles de siempre.
Le dijo De Narváez a Lanata que perdió "el modelo". ¿Y qué modelo ganó entonces?. ¿El mismo que inventó la pobreza estructural en este país, llevando al 60% del pueblo bajo la línea de pobreza, allá por los 90?. ¿El modelo que él reivindica y que ahora nos viene a proponer como “su plan”?.
Ese modelo, necesita del actual monopolio de los medios para asegurar su legitimidad y hegemonía. Son generosos para compartir entre amigos sus negocios... no podemos negarlo.
¿Aristóteles estaba equivocado?. ¿Es esto finalmente la política?. ¿Dónde queda el Bien Común?. ¿Quién representa la voluntad popular?. ¿Qué es la voluntad popular para nuestros representantes?.
Mientras tanto el show debe continuar, y que la democracia agonice en terapia intensiva.
/gn/
2 comentarios:
Cuál es tu propuesta? El show debe continuar? Además de la crítica, qué proponés?
El único show que me gusta es el artístico. Lo que propongo es que justamente no compremos "el show" que muchos políticos y periodistas hacen de la política. Y que seamos más críticos a la hora de pensar e informarnos. Que no nos conformemos con ser espectadores de una batalla mediática que no construye nada, salvo un show estúpido que "debe continuar" a toda costa, mientras el pueblo vive una realidad muy distinta de la que se preocupan tipos como a los que hago referencia. A ver, en ese programa Lanata arrancó su entrevista a de Narváez hablando de su "buena" performance en el programa de Tinelli y no le hizo ninguna pregunta que pudiera incomodar o hacer salirse del libreto al diputado electo. Le tiró centros al mejor estilo Riquelme a Palermo. Critico ese show, el de los grandes Multimedios que se preocupan tanto por la República y las Instituciones, pero hacen loby para que la oligarquía agro-ganadera no pague un peso en retenciones, por ejemplo. No veo al multimedio Clarin tan preocupado por la República y las Instituciones en jaque en el Golpe de estado en Honduras... ¿no debería hacernos ruido eso en alguna parte de nuestra inteligencia?. Mi propuesta es que sospechemos del show y que no seamos espectadores de algo que tipos como Aristóteles pensaron la política como oooootra cosa y no esto. GGRACIAS por tu comentario y sigamos pensando y preguntando, porque en "la crítica" va implícita la propuesta de reflexionar, y creo que en esta Argentina eso ya es mucho pedir.
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