27/5/09

Totalidades

La democracia liberal se sostiene desde la mirada individualista de la política. Una mirada excluyente cuyo fin es la conformación una “sociedad civil” demarcada por muros que la separen y protejan de la “barbarie”.
Así, a los expulsados de la sociedad civil no se les permitirá ser “sujetos políticos”; y se los convertirá en vida desnuda y desnudada por la exclusión y la degradación. En vida desnuda y desnudada por el abandono y la depredación.
¿A quién representa entonces esta democracia liberal? Esta democracia, llamada, representativa.
Así va la democracia liberal y representativa al rescate del mercado financiero, cuyos testaferros bregaron siempre por la reducción del Estado casi a la mera función simbólica y coercitiva de un orden social regulado, eso si, por la mano invisible.
Dice la canción de Silvio Rodríguez: el sistema invisible tendrá su precio. Lo que no dice la canción es que ese precio lo pagarán los trabajadores, los excluidos y los que siguen en la cola esperando el bendito derrame.
La mano invisible de ayer es hoy la mano dura de la economía concentrada en las mismas manos de siempre, manos manchadas de sangre y explotación.
La democracia liberal intentó lavarse la cara con la noción del estado de derecho. Un Estado regido por el derecho instituido por la democracia liberal, la democracia excluyente.
¿Podemos pensar en una democracia que excluye?. Podemos verla y sufrirla.
¿No era que con la democracia íbamos a comer todos, a educar a todos, a curar a todos?.
La democracia liberal fue confiscada por el capitalismo que se adueño del Estado.
Y mientras algunos hablan que el capitalismo está herido de muerte en Wall Street, no terminaron de leer las noticias que nos cuentan que el Estado más poderoso del mundo salió a su rescate nuevamente. Y sin importarle un pito los miles de desocupados que día a día son arrojados del sistema. Lo que importa es salvar a ese mundo falaz, ficticio e invisible, que es la mejor metáfora, mortal metáfora, de este mundo que ha perdido la fe en el hombre. Y es falaz porque siendo una mentira lo hemos tolerado como real.
Ahora; las desastrosas consecuencias sociales ya no pueden ignorarse, no pueden seguir mirando al costado quienes defienden la democracia liberal confiscada por el capitalismo. Entonces nos vienen a proponer un Estado de derecho que le suplica responsabilidad social al capitalismo. Nos hablan entonces de un “capitalismo más humano”. Que el genocidio no sea tan evidente entonces.
Frente a esta democracia liberal debemos proponer otra forma de democracia, una democracia inclusiva que piense al individuo desde su totalidad. Que piense a la sociedad en su totalidad. Ese debe ser el signo de la política: pensar la totalidad.
¿Qué significa pensar la totalidad?. Significa asumir que no estamos pensando en todos. Que cuando hablamos de todos, nos estamos olvidando de algunos.
Significa pensar en el individuo como un sujeto social y político que sólo puede realizarse desde la realización del otro.
Si la política debe perseguir el bien común, entonces debemos preguntarnos qué significa el bien común.
Si dije que debemos pensar en una democracia inclusiva, y que sólo puede ser inclusiva si se piensa a la sociedad como un todo, y a sus miembros como sujetos sociales, el bien común que persiga la política no puede ser otro que aquél que potencie y beneficie el desarrollo de la condición humana. Y tanto la dignidad como la libertad son fundamentos de tal condición. La dignidad que nos reconoce como humanos. La libertad que nos emancipa de la injusticia que nace de la desigualdad.
Esa es la democracia que defiendo, la de un Estado social y democrático de derecho. Social por cuanto nos reconozca como sujetos políticos. Y democrático por cuanto nos contenga, nos incluya y nos beneficie en el desarrollo de nuestras potencialidades.
Hoy esa democracia está muy lejos. Pero hay un presidente latinoamericano que la sueña, porque sueña al ser humano en su totalidad, porque se rompe la cabeza pensando en aquellos a quienes el Estado todavía no llegó. Ese presidente se llama Evo.
¿Cuándo empezaremos a soñar nosotros?, ¿cuándo empezaremos a pensar en el ser humano como un todo? Que en cada ser humano vive el otro que no vemos su sufrimiento y que no escuchamos sus gritos de auxilio.
En Auschwitz sobrevivieron del horror aquellos que vieron en la supervivencia de quien tenían al lado, su propia supervivencia; así cuentan las historias de hombres que no comieron para que comiera el desconocido más cercano.
¿Cuándo pensaremos en nuestros desconocidos que no comen, mientras permitimos que algunos sigan disfrutando del banquete?.
La salida de esta mentira no es la consigna golpista que siempre propuso Mariano Grondona, ni tampoco lo es la “Transición ordenada” de Macri y de De Narváez.
La mentira terminará cuando tengamos una democracia menos representativa de los que más teniendo más quieren y menos participativa por parte de quienes más poder concentran.
Terminará cuando tengamos una democracia más representativa de las voces que no oímos, y más participativa por parte de quienes nunca fueron escuchados. Cuando tengamos una democracia que descarte el individualismo para pensar en el todo, y en todos; empezando por aquellos, a quienes aquí todavía no he nombrado.
gn

23/4/09

sobre muros y zanjas

Vuelvo al muro.
Y pienso que hay otros muros más altos, más difíciles de derribar. Son los muros que esconden nuestros miedos y prejuicios. Los muros y las zanjas que evidencian la discriminación, la ignorancia, la insensibilidad, la ceguera y la sordera de una sociedad que se desintegra en guetos.

Osvaldo Bayer le dijo una vez a mi hermana, a modo de chiste claro, que Alsina fue menos criminal que Roca ya que propuso hacer una zanja en lugar de ir a matarlos a todos juntos...

Hace unos días, luego del amplio rechazo que tuvo en los medios la medida de Posse, sobre su muro infame, al intendente de Ensenada se le ocurrió homenajear a Alsina... y dio permiso, y prestó máquinas, para construir una zanja que divida los excluidos de los incluidos...

Cuánto miedo le tiene esta sociedad a la desintegración y la exclusión de la cual fue y es responsable, aunque se "paguen los impuestos en término" (como si eso fuera una cualidad moral extraordinaria).
Cuanto miedo le tiene esta sociedad a la libertad. Por eso nadie quiere reflexionar y cuando alguien lo intente, inmediatamente será neutralizado... Hay muros más altos, zanjas más profundas...

Un amigo me contó que vio un grafitti que decía: "doler duele", y al lado alguien agregó: "por eso nadie mira".

Se sigue insistiendo, inclusive desde el progresismo más o menos careta, que existe una tensión irresoluble entre la "seguridad" y la "libertad". Y en realidad creo que se confunden ambos conceptos, quizás por prejuicios ideológicos, pero creo yo que esa confusión es más hija del miedo que de una concepción ideológica. El miedo paraliza, el miedo te encierra, el miedo te insensibiliza frente el otro. Y de a poco ese otro pasa a ser el culpable de tu miedo, de ahí el muro más alto y la zanja más honda.

No tengamos miedo al dolor, no tengamos miedo a mirar. Ya lo dijo el Indio a los gritos:
la libertad es fiebre (es oración, fastidio y buena suerte)...
la libertad no es fantástica (no es tormenta mental que da el prestigio loco)...
la libertad es fanática (ha visto tanto hermano muerto)...

Que el muro no nos tape más el miedo y que nos hagamos cargo de ser libres...
Ser capaces de morir por la libertad del otro.

g.

22/4/09

Digresión...


Castillo de Naipes (house of cards) Radiohead (In Rainbows)
No quiero ser tu amigo
Solo ser tu amante
No importa como termine
No importa como empiece
Olvida tu castillo de naipes
Y yo olvidare el mio
Olvida tu castillo de naipes
Y yo olvidare el mio
Y caete de la mesa
y que te barran debajo
Negación, negación

La infraestructura colapsara
En picos de voltaje
Tira tus llaves en el boll
Y dale las buenas noches a tu marido
Y olvida tu castillo de naipes
Y yo olvidare el mio
Olvida tu castillo de naipes
Y yo olvidare el mio
Negación, negación
Negación, negación

Tus oídos deberían estar ardiendo
Negación,negación
Tus oídos deberían estar ardiendo.

http://negroperro.wordpress.com/2008/02/19/house-of-cards-radiohead-traduccion-2/#comment-477

Recomiendo desde las tripas ver video en:
http://www.youtube.com/watch?v=8nTFjVm9sTQ

20/4/09

La pared




Nuevamente estamos a la vanguardia de las grandes ideas: como los muros de la vergüenza de Estados Unidos de Norteamérica y de Israel, hemos importado para nuestro conurbano bonaerense una propuesta que seguramente se convertirá en slogan electoral: “La seguridad se hace… con muros”.

Desde la última dictadura militar al Menemismo (extendiendo el concepto “menemismo”, en su programa político, al efímero pero sangriento gobierno de La Alianza) se consolidó la matriz social (político, económico y cultural) de la exclusión. La sociedad argentina se convirtió, desde entonces, en una “Sociedad excluyente” (Svampa, 2005). El corolario de semejante empresa fue el 60 % de pobreza allá por comienzos de este siglo.
Desde la “reforma del Estado”, que destruyó los pilares que justificaban la existencia del Estado, el menemato inauguró lo que hoy conocemos como “pobreza estructural”. Aquél presidente se justificó diciendo: “siempre habrán pobres”. Y debemos darle la razón: sus políticas condenaron y perpetuaron generaciones de argentinos a la pobreza.
Hoy vemos intentos, marchas y contramarchas, de romper con esa Matriz excluyente. Pero también se observa el fortalecimiento de un proyecto “extractivo-exportador”, como así también la consolidación de un “neo-desarrollismo”, que intenta rescatar a “nuestra burguesía nacional” concentrada desde siempre en pocas manos.
Es decir, la “desigualdad social”, que agrava la ya pobreza estructural, todavía sigue siendo un problema “coyuntural” y no “estructural” para la agenda política mediatizada.

La creciente desigualdad social despierta viejas nostalgias y nuevas vanguardias en materia de discriminación y violencia.
Fue Rückauff quien para “combatir el delito” prometió y cumplió con su plan sistemático de “bala para los delincuentes”. Y fracasó (o bien tu "éxito", según desde qué perspectiva lo veamos). Perdimos todos: nuestra sociedad se tornó más violenta y el Estado se degradó en la ilicitud de un plan criminal.
Ahora viene el intendente de San Isidro a construir un Muro. Pretende dividir, separar, segregar, discriminar las clases sociales que conviven en el contraste social más violento y grosero que haya vivido nuestra historia. El intendente Posse viene a avalar con su Muro la idea de que existen “clases peligrosas” (que no es novedosa pero que se actualiza persistentemente): el excluido social se convierte en la nueva amenaza, en el nuevo “enemigo interno”. Y para “combatir el peligro” se le ocurre la brillante idea de construir un muro. Un gueto: “somos todos iguales, pero hay quienes somos más iguales que otros”.
Seguimos así prisionalizando la sociedad: el country primero, luego el barrio cerrado, la plaza enrejada, las zanjas y ahora el barrio popular cercado por un muro.
Hay políticos y opinadores mediáticos que siguen pensando los problemas sociales desde la matriz excluyente.

Y tenemos a nuestro alcance otra matriz: educación, cultura, salud, trabajo, justicia, inclusión social. No es tan difícil. Pensar desde la paz y no desde la violencia. No desde la segregación sino desde la integración. Debemos revalorizar, repensar y reconstruir el significado de la paz social para que no termine convirtiéndose, para siempre, en prisionera de la ingenuidad y la hipocrecía.
Que no nos volvamos como La Pared: sordos, ciegos y mudos. Todo al mismo tiempo y sin darnos cuenta.

2/4/09

Digresión para Pedro Gabriel


22 de marzo de 2009. Mi viejo me invitó a un recital. Se presentaba en el Estadio de Velez el tipo que grabó el primer disco que me regalaron en mi vida. Y fue justamente mi viejo quien me lo regaló (en verdad me lo regaló en formato cassete).

Fue mi primer tesoro, y la influencia fue para siempre. Fue la ventana por donde entré a la música que me acompaña. Y no es casual, Daniel Lanois y Brian Eno ya lo acompañaban, antes de que descurbiera años más tarde a U2.

No puedo hacer una crónica de esa noche. Sólo puedo decir que hay música que llega a lugares donde es imposible que llegue otra cosa. Hay música que marca, que empuja, que marcha. Hay música que abraza, que abriga, que calma. Hay música que despierta.

Y esa noche, luego de que en un perfecto castellano se despidiera diciendo: lo que suceda ahora depende de ustedes, dormí despierto. Y sigo despierto.

gracias amigo.


22/12/08

que hacer

En mi nota anterior (Mentir es violencia) ensayé un diagnóstico posible sobre el problema de la seguridad en términos de criminalidad.
Ahora quiero pensar en posibles caminos para tomar ante la tan mediatizada emergencia.
El miedo funciona como un motor permanente. Y sirve, entro otras cosas, para ejecutar ciertas medidas que en tiempos de “normalidad” no serían posibles institucionalizar. O bien, para ocultar otras emergencias más complejas y menos morbosas, por lo tanto menos atractivas para los grandes medios. Y digo morbosas en cuanto al gusto que prevalece por la violencia más explícita. Esa que genera tantas “placas rojas” y “noticias de último momento”. Esas noticias que se repiten 25 veces por día generando y multiplicando el miedo.
Pero con esto no quiero poner en duda el miedo, sino el uso mediático y político que se hace de él y su reproducción social.
Es importante hablar del miedo porque desde su uso siempre se recurren a las medidas y recetas que ya hablamos en la nota anterior y que no sólo fracasaron sino que ponen en jaque la salud republicana y democrática del Estado de Derecho.
Propongo que nos tomemos unos minutos, unas horas, un par de días para pensar. Para reflexionar. Para discutir. Para dialogar. Para planificar. Para evaluar. Para articular. Y que no hablemos del miedo sino de lo que hay que hacer para que el miedo no nos gane y termine tomando por asalto las políticas públicas. Que no sea el miedo el principio rector de las políticas públicas.
Señalaré, por ahora, un primer aspecto del problema. La reincidencia.
Si uno analiza el tratamiento del problema desde los grandes medios de comunicación, nos encontraremos que la preocupación se agudiza –y escandaliza- cuando nos encontramos ante un “delincuente” que reincide, que tiene antecedentes. Y se muestra la reincidencia como el centro del problema. ¿Cómo prevenir?. Y acá nos encontramos con la refritada respuesta de limitar las excarcelaciones, de aumentar las penas y todo lo que ya se implementó y fracasó en cuanto a la disuasión del delito.
El viernes 12 de diciembre pasado, la UNSAM inauguró un espacio universitario dentro de la Unidad Penitenciaria 48 del Partido de San Martín. Y pienso en ese hecho como una posible respuesta a la cuestión de la prevención.
Y esa respuesta no puede ser otra que la INSERCIÓN SOCIAL. La educación es un puente de oro para pensar en la inserción social. Pero no porque pensemos que sea la salida mágica del desempleo y la exclusión (está comprobado que obtener un título universitario no garantiza la salida laboral). Pensemos la educación como un camino a la humanización, la dignificación y recuperación de la identidad. Cómo la educación puede lograr modificar la “auto-percepción” que las personas tienen de sí.
La cárcel (el poder punitivo) modifica de manera tajante los roles de las personas que son sometidas a proceso penal. Quien cae en la red punitiva dejará de ser automáticamente un padre de familia, un hijo, un laburante ocupado o desocupado, un amigo, un esposo y todo aquello que “haya sido” afuera de la cárcel. Y pasa a ser un “preso”. No está preso: ES un preso. Esta modificación de los roles, esta supresión de los roles produce daños que, si se prolongan en el tiempo, pueden ser hasta irreversibles. Y así es como se retroalimenta la violencia social.
Pensemos entonces en una alternativa que colabore en la búsqueda identitaria de los roles que cada ser humano quiere y puede desarrollar en sociedad. Debemos abandonar de inmediato el modelo mediante el cual se perpetúan (a modo de tatuajes imborrables) las percepciones sociales basadas en la discriminación, estigmatización, segregación, guetización, etc.
Y la educación es un medio que da la posibilidad de trabajar, justamente, en la “auto-percepción” de las personas privadas de su libertad, que el sistema penal les ha impuesto a modo de “accesorias” del proceso penal.
Recordemos que la educación es un derecho fundamental que el Estado está obligado a garantizar. Encontraremos que las cárceles están llenas de personas que no han tenido acceso a los niveles básicos de la educación.
En lugar de pensar, entonces, el problema de la reincidencia desde una concepción mística y represiva, propongo que lo abordemos desde la inserción socio-educativa. Por ahí (estoy convencido), nos irá mejor con los libros y los maestros que con la superpoblación carcelaria discriminatoria.

publicado en www.24con.com.ar

19/12/08

Común

Debemos preguntarnos de nuevo qué significa vivir en comunidad.
Si comunidad nos remite al sentido de pertenencia o bien a la frontera que nos separa del resto. Por qué pensar en términos de “adentro y afuera”?. Por qué el nosotros y los otros?. Por qué la discriminación?.
Qué es lo que nos hace comunes entre todos?. Qué es lo que nos une en común unión?.
Y no se trata de igualar. De que seamos todos igualitos. De que no se acepte la diferencia. Lo distinto. Sino más bien todo lo contrario. Lo que debe hacernos comunes entre todos es, justamente, la aceptación de lo que nos diferencia. Lo que nos hace únicos e irrepetibles.
Será ese el sentido de humanidad?. El que nos impera defender el respeto por el otro?. El que nos conmueve ante las injusticias en cualquier lugar del mundo?. El que nos angustia ante tanta insensibilidad y envidia?.
Por qué no podemos mirarnos a los ojos y tan sólo escucharnos?. Por qué no nos animamos a preguntar más que a contestar rápido y tajantemente?.
Por qué no nos pensamos de nuevo?.
Qué significa que vivamos en comunidad?.
Si es lo que nos une, o lo que nos separará del resto?.
Lo pregunto mientras veo cómo esta sociedad se va dividiendo en Islas. Y claro, hay que defender la sociedad para que no nos invadan los otros, quienes vienen desde islas más lejanas y olvidadas. Y hay que defender la sociedad cueste lo que cueste. El fin justificará los medios. La moral vuelve sobre la ética. Y la verdad, será absoluta y única.
Qué hacemos con los otros?. Con los que vienen de tan lejos. Desde aquellas islas que tanto nos recuerdan al pasado más tormentoso de nuestra existencia, por fin superado una vez que hemos delimitado nuestras propias islas. Una vez que hemos erigido nuestras fortalezas y muros interminables. Una vez que nuestros ejércitos alcanzaron poderes ilimitados para cuidarnos. De quiénes?. De nosotros?. No, por supuesto. De los otros.
Nosotros no somos los otros. Nosotros por suerte estamos adentro. Ellos, los otros, afuera.
Aquí en nuestra sociedad todo reluce, todo está estable. Aquí por suerte no se hace más política. Todo se gestiona. Todo se logra. Y todo se cuida porque los castigos contra las faltas hacia los bienes patrimoniales son cada vez más severos. El peor castigo, casi el único que queda: la expulsión hacia el afuera. Donde viven los otros. Así el orden es incuestionable y maravilloso.
Así, le rendimos culto religioso a “los museos de grandes novedades”. Porque el pasado no existe más. La memoria es sólo una anécdota nostálgica que no se dice más.
Así, nunca será triste la verdad, porque hemos aceptado de una buena vez que ya no tendrá más remedio.
Así, nada merece ser modificado. Nada necesita ser reflexionado. Nada puede ser cuestionado. El orden, el dulce orden, es el bien jurídico a proteger.
Es esta acaso la comunidad que deseamos construir?. En la que deseamos convivir?. Donde hay personas a las que se les niega el derecho a tener derechos.
Donde hay niños que no son niños sino menores que deben ser encerrados, y cuanto más chicos mejor.
Donde hay quienes son jueces de otros para encerrar en lugares indecibles.
Por qué?. Porque hay que defender la sociedad que nos garantiza el bienestar. Porque no alcanza para todos. Entonces que sobreviva el más fuerte. O el que tenga un dirigente amigo.
Si hemos tomado la decisión de que esto será así. Entonces me voy con los otros. Para pensar de nuevo palabras tales como solidaridad, sensibilidad, humildad, humanidad.
Me niego de forma rotunda y rebelde a renunciar a pensar. Mucho menos a que me obliguen. Porque alguien una vez me enseñó que rebelde es aquél que no hace lo que quiere, sino lo que debe. Y no debemos perder nuestro sentido de humanidad. Es la última batalla por perder.

(publicado por GN en www.laliebredechivilcoy.com.ar, sábado 14 de diciembre de 2008)

28/11/08

Mentir es violencia. Cárceles y discursos.

En el año 1999 la población carcelaria en la Provincia de Buenos Aires era cercana a 13.000 personas privadas de su libertad. Luego de las políticas de mano dura del ex gobernador Rückauff dicha población llegó a 25.000 personas prisionizadas.
En apenas dos años la problemática carcelaria le explotó en la cara al gobernador renunciante. Y luego de su política de extrema dureza y, por lo tanto, de violaciones a los derechos humanos no sólo no se resolvió la cuestión de la “inseguridad”, tal como lo prometía en su campaña electoral con “meta bala a los delincuentes”, sino que al retirarse de su cargo electo la cuestión se encontraba en su punto más crítico.
Es decir, ya hemos probado las peores recetas de mano dura (prácticas que atentan contra los principios fundamentales del Estado de Derecho) y corroboramos que sólo acentúan los problemas y las crisis.
La mano dura sólo engendra más violencia. El problema no es de “dureza”. Los problemas de la seguridad son problemas de la política y no de facultades policiales para “combatir” la delincuencia. Se trata de pensar en políticas públicas que persigan la inclusión social en lugar de responder con mayor violencia. Porque la violencia más brutal es la que proviene del Estado.
También hemos corroborado el fracaso de la “mano dura” con las “leyes Blumberg”.
Por otra parte, es falsa la discusión entre “mano dura versus garantismo”. En realidad deberíamos discutir si lo que queremos es un Estado de Derecho o un Estado Autoritario, que de estos ya hemos tenido a montones.
El tan malentendido “garantismo” no es otra cosa que la plena vigencia de los derechos fundamentales de toda la ciudadanía. Y significa la responsabilidad del Estado de remover todos los obstáculos formales y materiales para la concreción irrestricta de dicha plena vigencia.
Ya nadie puede discutir que el sistema penal es “selectivo”. Que cae con toda su fuerza, prioritariamente, sobre los sectores más desprotegidos y vulnerados de la sociedad.
Las políticas neoliberales que generaron los índices más escandalosos de nuestra historia en cuanto a pobreza e indigencia agudizaron dicha “selectividad”. Así, el derecho penal pasó de cumplir con su estricto rol de “ultima ratio” del Estado (en su potestad punitiva), a convertirse en la nueva red de “contención social” para todos aquellos que se quedaron afuera del mapa de la inclusión social. Es decir, se transformó en una “trampa mortal”.
En ese marco se presentó a la “inseguridad” en términos bélicos. Esto es una guerra. Ellos contra nosotros. Entonces, el derecho penal se configuró en un “derecho penal del enemigo”. Y con los años, las décadas, las cárceles se fueron convirtiendo en campos de concentración, llenos de “enemigos” claro.
Se fue perdiendo así el registro “del otro” como ser humano. Y pasó a ser un “enemigo de la sociedad”. El otro como contrario y nunca más como par.
Por eso es que se pide cada vez más dureza en lugar de pensar en cómo revertir la extrema vulnerabilidad social en la que viven miles de compatriotas, sobre todo en nuestro conurbano. En San Martín hay cerca de 100.000 personas que viven de y en la basura. ¿Acaso eso no es “engendrar violencia”?. ¿No fue el Estado el primero en engendrar violencia en el incumplimiento de sus funciones esenciales?. La desigualdad, la inequidad, la desidia, el cinismo, el olvido y la represión como única política pública. Así es como las políticas neoliberales encontraron en el miedo y la mano dura, como su antídoto mediático, la solución final para su guerra contra la delincuencia.
Ese fue el legado de la Dictadura, que con su “doctrina de la seguridad nacional” le enseñó a los gobernantes democráticos posteriores que en lugar del “subversivo” ahora debía ser eliminado el “delincuente urbano”.
Este fue el método y el discurso con el que durante diez años se “gobernó la seguridad” en nuestros márgenes conurbanos.
Espero que hayamos aprendido la lección y no repitamos errores tan groseros, aberrantes e ilegales. Porque mediante el gatillo fácil se legitimó la pena de muerte informal.
A los problemas políticos busquemos soluciones políticas, y no más el atajo de la violencia. No hay violencias “buenas” y violencias “malas”. La violencia es violencia y siempre fue y será despreciable.
No perdamos nuestro “sentido de humanidad”.
Por favor.
gn

(publicado en www.24con.com.ar)

14/10/08

un 12 de octubre muy diferente

Marcelo Valko presentó el 12 de octubre pasado en Chivilcoy, PBA su libro "Los Indios Invisibles del Malón de la Paz" (editorial de la Universidad de Las Madres), como cierre de las actividades conmemorativas por el Día de la Reivindicación de los Pueblos Originarios.
"El encuentro tuvo lugar en el salón del Concejo Deliberante y ofició de coordinadora Florencia Vaccari, directora de La Liebre, suplemento cultural de La Campaña.
El libro trata sobre un hecho poco conocido en la historia de nuestro país, sobre un grupo de 174 kollas que marcharon de Jujuy a la Capital Federal, en demanda de sus derechos sobre tierras que les habían sido quitadas, en 1946.
Fueron recibidos por el entonces Presidente de la Nación, Juan Domingo Perón e incluso compartieron un lugar en el famoso balcón de la Casa Rosada. Pero luego de unos días, el grupo de aborígenes fue secuestrado por la Marina de Guerra y devuelto a su tierra en un tren de carga.
Valko es responsable en la Universidad de Buenos Aires de una serie de proyectos de investigación, que tienen que ver con la memoria y la resistencia, en el imaginario andino. "Ahí aparece el Malón de la Paz. Es una historia increíble... ¿Pueden creer que el 3 de agosto de 1946 hubieron dos indios en el balcón de la Plaza de Mayo, que fueron recibidos por el Presidente y cinco días después los secuestraron?, ¿Pueden creer que se hacían propagandas con indígenas para vender genioles, alpargatas, cigarrillos...? En ese momento era posible, el imaginario estaba hábido de justicia social y a estos indígenas, que venían a pedir por sus tierras, les habían usurpado hasta los cementerios donde estaban enterrados sus abuelos y encima les cobraban arriendo".
Destacó que ese hecho "fue la mayor protesta indígena del siglo XX y será la primera vez que dos grandes naciones indígenas -kollas y mapuches- se encuentren. Cuando bajó el Malón de la Paz, desde Jujuy a Buenos Aires, caminando 83 días 2.000 kilómetros, a la altura de San Antonio de Areco apareció una delegación de Mapuches, encabezada por el cacique Jerónimo Maliqueo, con las mismas demandas. Fue tapa de los diarios, salió en Sucesos Argentinos, en Radiolandia, en Sintonía, Antena... La farándula".
"Toda la población apoyó la protesta -remarcó- y quién se montó en ella? el gobierno... Quería demostrar la inmediatez de la justicia social, dándole la tierra a estos 174 indígenas, porque habían sido usurpadas por Robustiano Patrón Costa, que en el año 43 estuvo a punto de ser Presidente, mediante el Fraude Patriótico. Apareció el GOU (grupo de oficiales unidos), le interrumpió la carrera y ahí es cuando empezará a ascender la figura del coronel Perón".
"Patrón Costa pagaba con chapitas. Así como suena, era un arquetipo del señor feudal", enfatizó.
¿Qué papel jugó la sociedad?- La gente jugó un papel maravilloso. Cuando los indios entraron por la avenida de Mayo, miles de vecinos los recibieron con una lluvia de claveles. El pueblo quería estar orgulloso de vivir en un país sin chicos con hambre, sin villas, querían un país digno y por eso apoyaron la protesta.-
¿Cómo explicó el gobierno de Perón el hecho de regresar a los indios a su tierra?- Una vez que el gobierno se montó en la protesta, salen en las tapas de los diarios, y los secuestran. Lo que hace el gobierno es decir "yo no fui" y crea tres comisiones investigadoras para averiguar quién dispuso que cientos de soldados de la Marina de Guerra rodeen el Hotel de los Imnigrantes y secuestren a un contingente de argentinos. Además, para averiguar quién dispuso que un tren de carga se estacione al lado del hotel y durante siete días viaje a Abra Pampa, con custodia armada que se cambiaba en cada provincia... Nadie sabrá quién hizo todo eso, ni quién dio la orden.
¿Desde aquella protesta qué paralelo hay con la actualidad?- Sigue pasando lo mismo, en el Noroeste sigue la misma usurpación de tierras, el feudo de Patrón Costa ahora es de una compañía canadiense - norteamericana, tienen más que antes, las condiciones de vida de los indígenas son patéticas. La semana pasada se conoció la noticia que murieron dos chicos en Tartagal que vivían como banquineros... No hubo mejoras. Estamos en 2008 y aun no llegamos a ese país que soñaron Castelli, Belgrano, Moreno... ".
(Fuente: http://www.dechivilcoy.com.ar/)